domingo, 21 de diciembre de 2014

Niebla

La niebla ha inundado la ciudad estos días, no vemos de lejos y tampoco de cerca. Humedad que cala hasta los huesos.
Éste es un periodo de transición, donde descubro cosas nuevas y reinvento las antiguas, a la vez que olvido algunas costumbres.
Por eso me molesta la niebla, no me deja mirar hacia delante. Aunque tampoco me deja mirar para atrás.

Ya veremos.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Camel


Si es que cuando algo tiene sentido... lo tiene, y no hace falta buscárselo!
Ya llega el frío, ¡abríguense!

jueves, 10 de abril de 2014

Nueve de Nube



A cuatro por cuatro han pasado estos años, y el día de ayer cayó en parte fuerte. Y aunque la parte débil de este asunto esté como encerrada, con un ala rota y cansada de volar, supongo que sabrá lo mucho que sigo midiendo el tiempo con ella.
Quitando el que estéis los dos muy lejos (uno más que el otro), para mí seguís igual de cerca.

http://www.youtube.com/watch?v=68db9iial_U

martes, 18 de febrero de 2014

quiero viajar



Es necesidad, coger tu carreta sideral y salir de la jaula, por lo menos un ratito. Conocer a otros pájaros, envolverme en otros nidos, alimentar a otros buitres.
Ser gorrión, y no paloma.

¿Qué importa si es de noche ya?

Me pongo blandita.
Mirarte entre los poros de tu piel de terciopelo, elegí el papel de mártir por morirme por un beso.
Por el camino maltrecho de la vida y sus compases.

Una historia con las manos, que me sepa a caramelo...




que me sabe a libertad callarme entre tanto ruido...

miércoles, 29 de enero de 2014

No me quedan fotos.

La mariposa en su capullo de lana, que no termina de entender que tú me llenes como las jarras de agua (con sonido)
y que me atraes
y que me falta el aire,
aunque ya sé que está muy dicho.

Hoy no sabía qué hacer para abrir los ojos,
tu voz es mejor que el café.
Nervios,
ansia,
las ganas que te tengo.

Un cigarrito y a la nieve (o a las letras)
canalla
granuja
malomalo bueno.

Y las canciones pasan como si no pasaran.

domingo, 12 de enero de 2014

La línea de la Luna.



Al final, el azul. Mezclado con luna de plata, imitada por una farola blanca (para estar en un aparcamiento no está mal, me sirve). Hace brillar tu piel un poco de manera especial, sólo una línea fina fina de luz entre tu hombro y la realidad (¿será esto el surrealismo? Si es así, ahora lo entiendo todo) Y entonces se me ocurre, y no quiero olvidarlo, así que alargo el brazo y escribo en el vaho de la ventanilla: tienes la osa mayor pintada en los lunares. No se entiende porque hay muchas gotas de agua de por medio, y a lo mejor estás mirando a otro lado de reojo.
Desnuditos y a la par, como dos olas del mar.