Noviembre borra fronteras con sólo sus pasos, y el frío vuelve a inmiscuirse en la rutina de algo que no termino muy bien de comprender. No está mal, ¿no?
Seré monotema y lo digo, pero no me importa, porque ahí van tres de mis yo, tres por las tres que juegan a la vez en tres espacios diferentes: distancia entre los años (comen trigo en un trigal).
Dido dejó atrás su inmolarse, dejó atrás a Cupido y a su Eneas, Dido ha recurrido a surcar esta vez su propio mare, su mare nostrum. Dido lleva las riendas.
¿Quién es Dido?
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